jueves, 8 de abril de 2010

TUMBA DE RAQUEL

TUMBA DE RAQUEL EN BELÉN



Raquel (en hebreo רחל, ‘oveja’) es la segunda esposa y favorita de Jacob y madre de José y Benjamín, mencionada por primera vez en el Génesis de la Biblia hebrea. Es la hija de Labán y la hermana menor de Lea, la primera esposa de Jacob. Éste era su primo, pues su madre, Rebeca, era hermana de Labán.







Jacob viajó hasta la casa de Raquel, enviado por su madre Rebeca para evitar que lo matase su hermano Esaú, y posiblemente con la intención de que encontrase una esposa. Halló a Raquel y quiso casarse con ella, pero fue engañado por Labán para desposar a Lea. Trabajó siete años como pastor para Labán a cambio del derecho a desposar a Raquel, pero en la noche de bodas Labán vistió a Lea con el traje nupcial y el velo y la llevó ante Jacob. Según Rashí, Jacob y Raquel sospecharon que Labán intentarían un truco como ese, así que acordaron una serie de señas con la que la novia velada se identificaría ante el novio. Sin embargo, cuando Raquel vio que su padre llevaba a Lea al palio nupcial, no pudo soportar ver a su hermana deshonrada en público y le reveló las señas acordadas con Jacob.


Cuando Jacob descubrió el engaño con la luz del día, el matrimonio ya había sido consumado. Jacob aceptó el engaño de Labán y se ofreció a trabajar otros siete años para poder casarse también con Raquel (véase Génesis 29). Junto con sus hijas, Labán también envió dos sirvientas (algunos dices que las hermanas menores de Raquel y Lea), Bila y Zilpa. Cada una de ellas sería más tarde desposada por Jacob.


Cuando se presenta a Raquel en el texto (Gén. 29:17) se la describe cariñosamente como «de hermosa formas y de hermosa apariencia» (hebreo: וְרָחֵל הָֽיְתָה יְפַת־תֹּאַר וִיפַת מַרְאֶה).


Mientras Lea engendró a cuatro hijos en rápida sucesión, Raquel fue incapaz de concebir durante muchos años. Ofreció a su sirvienta (Bila) a su marido en matrimonio, como era costumbre, y bautizó a los dos hijos que ésta le dio, indicando que habrían de ser sus sucesores. Finalmente, después de que Lea le diera otros dos hijos y una hija a Jacob, Raquel tuvo dos hijos. Murió durante el parto en el undécimo días del mes hebreo de Jeshván y fue enterrada por Jacob en el camino a Efrata, justo a las afueras de Belén. Actualmente la tumba de Raquel, situada entre Belén y el barrio de Gilo (Jerusalén), es visitada por decenas de miles de turistas cada año.


En Jeremías 31:15 el profeta habla de «Raquel que llora a sus hijos». Esto se interpreta en el Judaísmo como un llanto de Raquel por un fin para los sufrimientos de sus descendientes y los exilios que siguieron a la destrucción del Primer Templo de la antigua Jerusalén. Según el Midrash, Raquel habló ante Dios: «Traje a mi rival (Lea) a mi casa, ¿no puedes Tú perdonar a Tus hijos, que trajeron un simple ídolo de madera y piedra a Tu casa (el Templo de Jerusalén)?» Dios aceptó su súplica y prometió que, finalmente, el exilio terminaría y los judíos regresarían a su tierra.









Orientado en la dirección de Hebrón, el complejo de la Tumba de Raquel está a la derecha detrás del muro. El camino a la izquierda de la casa conduce a la Plaza del Pesebre. La Tumba de Raquel y la zona circundante que han encerrado detrás de la pared es todo tierra de Belén. En septiembre de 2006 el gobierno israelí anexionó esta tierra como parte de Jerusalén.(E.J.)



Nombre hebreo (Rahel) que significa "oveja". Para un pueblo nómada y pastor como los israelitas, éste era un gran nombre. Era una expresión de ternura el sobrenombre de oveja. La bellísima historia de amor que envuelve este nombre ha hecho que desde la primera Raquel hace ya cerca de tres mil años, hasta el presente, nunca haya dejado de llevarse


Un nombre muy hermoso, el de Raquel, que halaga los oídos y llega al corazón. Tras él hay una recia historia de amor y de vida. La primera historia de amor de nuestra cultura. Es también nombre de flor, conocida por otro nombre como azucena de Güernesey, de un color rojo cereza, que al sol produce la ilusión de presentar puntos dorados. Es delicada, necesita calor en invierno y sólo florece la planta cada tres años. Toda una alegoría del amor verdadero, que no es ni tan fácil ni tan frecuente como nos gustaría. ¡Felicidades, Raquel, por tan bello nombre!



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